PRESENTACIÓN


Hola chicos,

Este blog de aula está diseñado para ampliar y reforzar la asignatura de Lengua y Literatura de la ESO y Bachillerato a lo largo de este curso.

Mi idea es ir colgando entradas con links a actividades para realizarlas on-line y practicar aquellos aspectos que hay que reforzar de manera más contínua como la Ortografía, Puntuación, Sintaxis, Morfología, Semántica, Léxico, etc.

Alguna de las actividades la realizaremos en el Instituto y otras las podréis realizar en casa.

Espero que os resulte de utilidad,

Amor

martes, 24 de noviembre de 2015

Ejemplos de Microrrelatos






Un microrrelato lleno de suspense en 150 palabras, un reto


http://laredaccionconlosblogs.blogspot.com.es/2009/09/un-microrrelato-lleno-de-suspense-en.html

  1. La blanca nieve

    La sangre sobre la nieve es más roja que cuando se ve en las películas. Esa escena no debería haber pasado jamás. No podía soportarlo, no entendía esa situación, era realmente incomprensible; parecía irreal... No sabía si llorar o ponerme a gritar. Sus ojos me observaban fijamente, el sol hacía destacar aún más la brillante sangre sobre el fondo blanco. Mis sentidos no reaccionaban... Él se acercaba hacia mi mientras la sangre iba formando un río sobre la blanca nieve. En el último momento conseguí ponerme a correr, dejé atrás a la mujer tendida en el suelo, pero el hombre iba tras de mi... Todo empezó a dar vueltas y más vueltas, desde ese momento no recuerdo nada en absoluto, simplemente la rozadura de algo muy afilado por mi espalda...
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  2. ¿Blanco o rojo?

    La sangre sobre la nieve es más roja cuando la ves de verdad. Acabo de ver una mancha roja, un rojo muy intenso. Nieva mucho, necesito refugiarme cuanto antes en la casa de los Wilson, pero allí está esa mancha; es sangre. Algo espantoso debe haber ocurrido. No puede ser... ¿Por qué? ¿Quién querría matar a alguno de los Wilson con lo buena gente que eran? Esto no puede estar pasando...
    ¿¡Qué ha sido eso!? Ha parecido un disparo. Estoy asustado, mucho, pero debo averiguar que ocurre.

    Sigo atónito, voy a asomarme por la ventana.
    ¡Ahí está! Es el asesino, y la famila Wilson está toda en el suelo... muerta. Debo hacer algo, ¿pero qué?
    No me queda tiempo para pensar, ¡se está acercando a la puerta!
    ¿Huyo?
    ¿Me escondo?
    ¿Sigo investigando?
    ¿Le planto cara?
    ¿Lo mat...
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  3. Inquietud

    “La sangre sobre la nieve es más roja” le dije a Aurelio -para calmarlo- cuando la vio derramada en alfombra y sábanas. Estaba alarmado. Traté de sonreír con lo que me quedaba de ánimo: llama la partera. Marcó el teléfono: necesito a doña Asunción en lo de Aurelio. Es hora.
    Doña Asunción ordenaba: Agua, telas limpias. Salgan todos. Quiero acompañarlas, musitó Aurelio. Con un gestó le indiqué: no. Cálmese señora, las cosas no son tan graves. Sabiéndolo un recurso, callé. La pequeña estaba atrancada. No podría salir aunque Asunción trabajara. La sangre fluía. Me desvanecí. Más tarde me dijeron la niña salió bien, lo único raro es que tiene una trompa como de elefante. Le haremos cirugía facial. Miré asustada allí estaba la prueba flagrante de mi delito. Mi marido un cornudo, yo una coqueta. Me enamoré de Ganexha y me poseyó en sueños. Aurelio me miraba con compasión. Pero no pidió el divorcio. En adelante me torturaría.
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  4. Huye, que te encontraré...

    La sangre sobre la nieve es más roja si es pura e inocente.
    ¡Huye, corre! Ya te encontraré. Ella no sabe que al blanco suelo va mostrando su camino, su escondite. Mis pesadas botas van pisando las rojas gotas, está herida, la he herido, no podrá correr mucho más. No podrá esconderse de mí. En mi mano izquierda el manchado cuchillo, en la otra una foto, un recuerdo. La primera vez que nos vimos supe que haríamos algo especial; sentadita en el asiento del tren me miró tan apasionadamente… no entiendo porqué ahora huye.
    El camino rojo entra en una cueva, allí no hay nieve, el fango y la sangre se mezclan. Pierdo el rastro. Pero puedo oír su fatigoso aliento, oler su sudor. Sigilosamente la busco. La encuentro. Su mirada cansada y aterrorizada, sus manos temblorosas, su boca murmurando compasión. Me hecho encima, la agarro y clavo suavemente el cuchillo. La muerdo, la mastico, me la como.
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  5. La protagonista…
    La sangre sobre la nieve es más roja que la muestran tus ojos encendidos cuando sus manos palpan mi cuerpo…Pequeños toques llenos de inquietud que se esconden en la noche. Las luciérnagas cantan juguetonas en las farolas de la esquina, predicando el sentido de la noche, convirtiéndose en fieles testigos del dolor.
    Aquella noche no iba a ser diferente. Aullidos callados, pequeños silencios entrelazados, preguntas sin respuesta que piden una oportunidad para ser atendidas… a quién acudir para quien pueda responder…pequeñas gotas gruesas y espesas caen desesperadas por su frente… su espesor es su mayor virtud. Una gota cae sobre el piso dejando un surco rojo al deslizarse por su brazo… ¿Por qué?... En la desesperación desesperada de huir de la realidad, él sale. Corre entre los silenciosos cánticos de las luciérnagas, únicas testigos sin querer del cuerpo que ahora yace sin remedio. Yace sin preguntas respondidas… sin respuestas recibidas…
    Amanecen juntos dos cuerpos bañados en el mayor elixir, burlo y cachondo que habita en nuestras venas, marcando un antes y un después en esta historia: la sangre. Verdadera protagonista.
    Leila Dris Mohamed.
    En facebook, Leila Dris.
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  6. La sangre en la nieve es más roja, más delatora, y su chillido oscuro marcaba mi culpa al bajar tibia por mis piernas mientras corría con mi cálida y blanda carga entre mis brazos. El cuerpecito lloró posado en el blanco suelo y lo fui arropando con la nieve hasta que el silencio avisó su fin. Tapé la diminuta cara aunque mis ojos traspasaban los feroces copos que plantaba sobre ella; otro, otro, otro, pero nunca pude dejar de verla. Volví sobre el rastro sangriento, viéndola. Y la sigo viendo, con el sol y con la luna, con los ojos abiertos y con los ojos cerrados. Todo el tiempo, todo el tiempo. A veces llora, a veces duerme, a veces abre los ojos y les juro, por Dios, que me dice mamá... entonces lo llamo, y corro buscando el rastro de sangre hasta su lecho, gritando desde mi celda.
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  7. Mi infancia

    La sangre sobre la nieve es más roja - dijo el guía refiriéndose a esa gran obra maestra - para reflejar la crueldad humana que quería transmitir hacia aquel pobre villano del norte de Europa. Este pintor de finales del siglo XIX tenía unos ideales muy republicanos y un amor profundo hacia su tierra. El soldado nazi que observías en la parte derecha del cuadro y en el centro iluminado el indefenso desangrándose en el suelo son los protagonistas de esta pintura que defiende la injusticia que hubo en esa época.

    Tuve suficiente con esa obra para que naciera en mi un interés sobre lo que sucedió en aquel tiempo y me preguntaba porqué aquel hombre quiso matar a otro con los mismos derechos que él. También es verdad que aquel día sólo tenía nueve años y no sabía de que iba todo eso.

    Albert Orero Lopez
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  8. Mi Asesinato

    La sangre sobre la nieve es más roja de la que se me resbala por el brazo continuamente, me acabo de despertar, me duele la cabeza, me he hecho un corte en el brazo. ¿Cómo? ¿Porqué?
    ¡Ahora recuerdo!, alguien se me echó encima, me empujó agresivamente, me tiró al suelo, me empezó a dar golpes, patadas, con algo me cortó en el brazo, después me quedé inconsciente ¿Quién será?, ¿Querrá matarme?
    Decido levantarme pero a la que me pongo de pié veo una sombra que lleva en la mano un machete goteando, decido empezar a correr, pero él me alcanza, noto una sensación rara en la espalda, dolor, un pinchazo. Me miro el vientre, y veo el machete atravesándome, empiezo a desangrarme.
    Mi asesino me dejó el machete clavado mientras me observaba fríamente y con tranquilidad, le pregunté quién era y dijo, - Un loco perturbado con pocas distracciones.
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  9. ¿Suicidio?

    La sangre sobre la nieve es más roja, eso es cierto, pero impacta más verla cuando esa sangre pertenece a una persona cercana.
    Pasan los minutos y no puedo dejar de mirarla, su mirada se clava en mis ojos, parece que sigue viva, pero no es así. No veo bien su rostro, solo puedo ver claramente su mirada, pero no entiendo porque estoy yo allí y aun entiendo menos que yo lleve un cuchillo en la mano, cubierto de sangre. ¿La he matado yo? ¿Porque lo he hecho? ¿Dónde estoy?
    Explicaciones y teorías que no me llevan a ningún sitio, no encuentro la lógica de todo esto que está sucediendo. ¿Estaré soñando? No, no es un sueño, pero desearía que lo fuera.
    Se acerca una luz hacia mí, no comprendo nada, traspaso la luz y consigo ver su rostro. Esa persona soy yo… ¿Por qué lo he hecho?
    Sigo sin entender nada, pero ya no hay marcha atrás…
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